SEÑOR...SUSURRAN EN LA ORILLA DE LA MAR TUS LLAGAS Y ME DESPIERTAN,HAMBRE Y SED SE PASEA SOBRE LA TIERRA,JORGE Y ROSA MIS PADRES DE LA MANO ME LLEVAN,ESTA VIVA TU LUZ,AUNQUE MIS OJOS NO LA VEAN..... ADELA
viernes, 9 de octubre de 2015
jueves, 8 de octubre de 2015
Señor de los Milagros 2015 octubre
SEÑOR DE LOS MILAGROS
En el año de 1651 en el valle llamado entonces
Pachacamilla,había una cofradía de negros angolas:
con tabiques sin cimientos, antes sí pasada de
salitre por la humedad de una acequia contigua;
uno de aquellos negros, de cuyo nombre no
consta, sin saber pintar, pintó las imágenes
de nuestro Señor Jesucristo Crucificado, de
sus Santísima Madre y de Santa María Magdalena.
La de nuestro Señor salió tan perfecta como hoy
se mira: las otras dos no, y han necesitado retocarse.
Con el temblor del tres de noviembre de 1655, se
removió toda la referida cofradía, a excepción de
la pared en que estaban dichas imágenes sagradas,
y pasados diez y seis años en que no tuvo culto
ilesa de lluvias ,soles, moscas y otros insectos
provenidos de un canal inmediato,
Andrés de León, vecino de aquel barrio,
comenzó a darle culto con una pobre ramada, un
poyo o grado de adobes al pie donde ponía sus flores
y velas. Su Majestad divina le pasó este obsequio,
sanándole de un chancro irremediable.
A este primer devoto siguieron no pocos vecinos,
atraídos de los milagros que experimentaban; y
vinieron a entablar los viernes en las noches un
Miserere con música y algunas lamentaciones tiernas.
Por el desorden del concurso nocturno de los sexos,
a instancia de D. José Laureano de Mena, cura de S.
Marcelo, aquien tocaba el distrito, los dos tribunales,
eclesiástico y secular, mandaron borrar las imágenes:
pero viniéndose al hecho,no lo permitió el Señor.
El pintor cayó desmayado de la escalera,poseído de
temor. Repitió la subida de la escalera y le quedó
el brazo sin acción, advirtiendo entre tanto que
la imagen del Señor se ponía cada instante más
hermosa y la corona más verde.
Dejóse, pues, la idea de borrarle por esto y porque
de repente se oscureció el hemisferio, como si fuese
una noche lóbrega, siendo aún las cuatro de la tarde
y hubo un aguacero grande.
Con estas demostraciones extraordinarias de nuestro
Señor se comenzó a pensar acerca de su imagen de
otro modo. Se dispuso mejor darle culto en otra capilla
pobre, cercada de esteras, donde el catorce de
setiembre del mismo año se cantó la primera misa
asistiendo a ella el Excmo. Sr. Conde de Lemus,
Virrey, Tribunales y todas las sagradas Religiones.
Siendo preciso encajonar el tabique y darle los
cimientos que no alarifes, aseguraron no poder
haberse conservado en pie aquél edificio sin un
milagro. Al elevarse a alguna más altura para
poderle hacer delante mesa de altar, los otros
adobes sdesunieron y desplomaron, menos los
que ocupaban la pintura de nuestro Señor, que
quedaron unidos como si fuesen de una pieza.
Con este culto prosiguió la devoción hasta el año
de 1686 enque Sebastián de Antuñano y Rivas,
natural de Vizcaya, movido de amor a nueve años
antes había fundado un colegio o beaterío de
nazarenas, entró en posesión de este lugar, dejando
el que tenía en la calle de Monserrat. A su cuidado
corrió el inmediato culto y al del devoto Antuñano la
asistencia en gastos.
De esta forma pasaron los años hasta el 1730 en que
se erigióel beaterío de Nazarenas en Monasterio con
clausura y aprobación de su instituto por el Señor
Benedicto decimotercio…"
Su Majestad, quiso servirlo toda su vida en esta santa
Imagen,y para ella compró todo el sitio de la capilla y
sus adyacentes Nuestro Señor que le había inspirado
esta primera acción, le inclinó a la segunda que fue la
donación que hizo a la Madre Antonia Lucía del Espíritu
Santo, de todo, hasta de su misma persona, para servir
en calidad de limosnero al culto de esta Imagen.
Así lo cumplió hasta su muerte.
El año 1746 azotó a Lima uno de los más horrorosos de
su historia. La tierra tembló hasta que el Señor salió a r
ecorrer las calles y desde entonces aumentó la fe del
pueblo en la milagrosa imagen del "Señor de los Milagros".
Hasta aquí lo que nos cuenta la historia, un tanto
mezclada de esa leyenda que el amor sabe poner en las
cosas para embellecerlas con su encanto.
Así como en Lima, y en Trujillo, como en otras ciudades
del Perú, se venera la imagen del Señor de los Milagros,
manifestación de la fe católic peruana centrada en
Cristo Jesú
Pachacamilla,había una cofradía de negros angolas:
con tabiques sin cimientos, antes sí pasada de
salitre por la humedad de una acequia contigua;
uno de aquellos negros, de cuyo nombre no
consta, sin saber pintar, pintó las imágenes
de nuestro Señor Jesucristo Crucificado, de
sus Santísima Madre y de Santa María Magdalena.
La de nuestro Señor salió tan perfecta como hoy
se mira: las otras dos no, y han necesitado retocarse.
Con el temblor del tres de noviembre de 1655, se
removió toda la referida cofradía, a excepción de
la pared en que estaban dichas imágenes sagradas,
y pasados diez y seis años en que no tuvo culto
ilesa de lluvias ,soles, moscas y otros insectos
provenidos de un canal inmediato,
Andrés de León, vecino de aquel barrio,
comenzó a darle culto con una pobre ramada, un
poyo o grado de adobes al pie donde ponía sus flores
y velas. Su Majestad divina le pasó este obsequio,
sanándole de un chancro irremediable.
A este primer devoto siguieron no pocos vecinos,
atraídos de los milagros que experimentaban; y
vinieron a entablar los viernes en las noches un
Miserere con música y algunas lamentaciones tiernas.
Por el desorden del concurso nocturno de los sexos,
a instancia de D. José Laureano de Mena, cura de S.
Marcelo, aquien tocaba el distrito, los dos tribunales,
eclesiástico y secular, mandaron borrar las imágenes:
pero viniéndose al hecho,no lo permitió el Señor.
El pintor cayó desmayado de la escalera,poseído de
temor. Repitió la subida de la escalera y le quedó
el brazo sin acción, advirtiendo entre tanto que
la imagen del Señor se ponía cada instante más
hermosa y la corona más verde.
Dejóse, pues, la idea de borrarle por esto y porque
de repente se oscureció el hemisferio, como si fuese
una noche lóbrega, siendo aún las cuatro de la tarde
y hubo un aguacero grande.
Con estas demostraciones extraordinarias de nuestro
Señor se comenzó a pensar acerca de su imagen de
otro modo. Se dispuso mejor darle culto en otra capilla
pobre, cercada de esteras, donde el catorce de
setiembre del mismo año se cantó la primera misa
asistiendo a ella el Excmo. Sr. Conde de Lemus,
Virrey, Tribunales y todas las sagradas Religiones.
Siendo preciso encajonar el tabique y darle los
cimientos que no alarifes, aseguraron no poder
haberse conservado en pie aquél edificio sin un
milagro. Al elevarse a alguna más altura para
poderle hacer delante mesa de altar, los otros
adobes sdesunieron y desplomaron, menos los
que ocupaban la pintura de nuestro Señor, que
quedaron unidos como si fuesen de una pieza.
Con este culto prosiguió la devoción hasta el año
de 1686 enque Sebastián de Antuñano y Rivas,
natural de Vizcaya, movido de amor a nueve años
antes había fundado un colegio o beaterío de
nazarenas, entró en posesión de este lugar, dejando
el que tenía en la calle de Monserrat. A su cuidado
corrió el inmediato culto y al del devoto Antuñano la
asistencia en gastos.
De esta forma pasaron los años hasta el 1730 en que
se erigióel beaterío de Nazarenas en Monasterio con
clausura y aprobación de su instituto por el Señor
Benedicto decimotercio…"
Su Majestad, quiso servirlo toda su vida en esta santa
Imagen,y para ella compró todo el sitio de la capilla y
sus adyacentes Nuestro Señor que le había inspirado
esta primera acción, le inclinó a la segunda que fue la
donación que hizo a la Madre Antonia Lucía del Espíritu
Santo, de todo, hasta de su misma persona, para servir
en calidad de limosnero al culto de esta Imagen.
Así lo cumplió hasta su muerte.
El año 1746 azotó a Lima uno de los más horrorosos de
su historia. La tierra tembló hasta que el Señor salió a r
ecorrer las calles y desde entonces aumentó la fe del
pueblo en la milagrosa imagen del "Señor de los Milagros".
Hasta aquí lo que nos cuenta la historia, un tanto
mezclada de esa leyenda que el amor sabe poner en las
cosas para embellecerlas con su encanto.
Así como en Lima, y en Trujillo, como en otras ciudades
del Perú, se venera la imagen del Señor de los Milagros,
manifestación de la fe católic peruana centrada en
Cristo Jesú
lunes, 5 de octubre de 2015
LEYENDO LAS ESCRITURAS
Tan bello y espontáneo fluir del alma, enamorada de Dios es un compartir de mi @miga poetiza Ingrid y laa muy iluminada y ungida reflexión de Reflejos de Luz
"Leyendo las Escrituras queda por demás claro que la propuesta del Evangelio no es sólo la de una relación personal con Dios. Nuestra respuesta de amor tampoco debería entenderse como una mera suma de pequeños gestos personales dirigidos a algunos individuos necesitados, lo cual podría constituir una «caridad a la carta», una serie de acciones tendentes sólo a tranquilizar la propia conciencia.
La propuesta es el Reino de Dios (cf. Lc 4,43); se trata de amar a Dios que reina en el mundo. En la medida en que Él logre reinar entre nosotros, la vida social será ámbito de fraternidad, de justicia, de paz, de dignidad para todos. Entonces, tanto el anuncio como la experiencia cristiana tienden a provocar consecuencias sociales. Buscamos su Reino: «Buscad ante todo el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás vendrá por añadidura» (Mt 6,33). El proyecto de Jesús es instaurar el Reino de su Padre; Él pide a sus discípulos: «¡Proclamad que está llegando el Reino de los cielos!» (Mt 10,7)."
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