"He realizado ante ustedes muchas obras buenas de
parte del Padre, ¿por cuál de ellas me quieren apedrear?".
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 30, 10. 16. 18)
Ten piedad de mí, Señor, porque estoy en peligro,
líbrame de los enemigos que me persiguen; Señor, que no me decepcione yo de
haberte invocado.
ORACIÓN COLECTA
Perdona, Señor, nuestras culpas y que tu amor y tu
bondad nos libren del poder del pecado, al que nos ha sometido nuestra
debilidad. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
El Señor está a mi lado como guerrero poderoso.
Del libro del profeta Jeremías: 20, 10-13
En aquel tiempo, dijo Jeremías: "Yo oía el
cuchicheo de la gente que decía: 'Terror por todas partes. Denunciemos a
Jeremías, vamos a denunciarlo'. Todos los que eran mis amigos espiaban mis
pasos, esperaban que tropezara y me cayera, diciendo: 'Si se tropieza y se cae,
lo venceremos y podremos vengarnos de él'.
Pero el Señor, guerrero poderoso, está a mi lado; por
eso mis perseguidores caerán por tierra y no podrán conmigo; quedarán
avergonzados de su fracaso y su ignominia será eterna e inolvidable.
Señor de los ejércitos, que pones a prueba al justo y
conoces lo más profundo de los corazones, haz que yo vea tu venganza contra
ellos, porque a ti he encomendado mi causa.
Canten y alaben al Señor, porque Él ha salvado la vida
de su pobre de la mano de los malvados".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 17
R/. Sálvame, Señor, en el peligro.
Yo te amo, Señor, tú eres mi fuerza, el Dios que me
protege y me libera. R/.
Tú eres mi refugio, mi salvación, mi escudo, mi
castillo. Cuando invoqué al Señor de mi esperanza, al punto me libró de mi
enemigo. R/.
Olas mortales me cercaban, torrentes destructores me
envolvían; me alcanzaban las redes del abismo y me ataban los lazos de la
muerte. R/.
En el peligro invoqué al Señor, en mi angustia le
grité a mi Dios; desde su templo, Él escuchó mi voz y mi grito llegó a sus
oídos. R/.
ACLAMACIÓN (Cfr. Jn 6, 63. 68)
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes
palabras de vida eterna. R/.
Intentaron apoderarse de Él, pero se les escapó de las
manos.
Del santo Evangelio según san Juan: 10, 31-42
En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, los
judíos cogieron piedras para apedrearlo. Jesús les dijo: "He realizado
ante ustedes muchas obras buenas de parte del Padre, ¿por cuál de ellas me
quieren apedrear?".
Le contestaron los judíos: "No te queremos
apedrear por ninguna obra buena, sino por blasfemo, porque tú, no siendo más
que un hombre, pretendes ser Dios". Jesús les replicó: "¿No está
escrito en su ley: Yo les he dicho: Ustedes son dioses? Ahora bien, si ahí se
llama dioses a quienes fue dirigida la palabra de Dios (y la Escritura no puede
equivocarse), ¿cómo es que a mí, a quien el Padre consagró y envió al mundo, me
llaman blasfemo porque he dicho: 'Soy Hijo de Dios'? Si no hago las obras de mi
Padre, no me crean. Pero si las hago, aunque no me crean a mí, crean a las
obras, para que puedan comprender que el Padre está en mí y yo en el
Padre". Trataron entonces de apoderarse de Él, pero se les escapó de las
manos.
Luego regresó Jesús al otro lado del Jordán, al lugar
donde Juan había bautizado en un principio y se quedó allí. Muchos acudieron a
Él y decían: "Juan no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan decía de
éste, era verdad". Y muchos creyeron en Él allí.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que tu ayuda, Padre misericordioso, nos haga dignos de
acercarnos a tu altar, a fin de que la asidua participación en este sacrificio
nos obtenga la salvación.Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de la Pasión del Señor
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 P 2, 24)
En su propio Cuerpo, Cristo subió nuestros pecados a
la cruz para que, muertos a nuestros pecados, empecemos una vida santa. En esta
forma, por medio de sus heridas, hemos sido curados.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la fuerza de este sacramento que nos une a ti,
Señor, no nos abandone nunca y aleje siempre de nosotros todo mal. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
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JUEVES, 21 DE MARZO DE 2013
"Yo les aseguro que desde antes que naciera
Abraham, Yo Soy".
ANTÍFONA DE ENTRADA (Hb 9, 15)
Cristo es el mediador de la nueva alianza, porque
mediante su muerte, aquellos que han sido llamados, reciben la herencia eterna
que les había sido prometida.
ORACIÓN COLECTA
Asiste y protege siempre, Señor, a esta familia tuya,
que ha puesto en ti toda su esperanza, a fin de que purificados de nuestros
pecados, permanezcamos fieles a nuestro compromiso bautismal y obtengamos la
herencia prometida. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Serás padre de una multitud de pueblos.
Del libro
del Génesis: 17, 3-9
Cuando Dios se le apareció, Abram se postró con el
rostro en el suelo y Dios le dijo:
"Aquí estoy. Esta es la alianza que hago contigo:
Serás padre de una multitud de pueblos. Ya no te llamarás Abram, sino Abraham,
porque te he constituido como padre de muchas naciones.
Te haré fecundo sobremanera; de ti surgirán naciones y
de ti nacerán reyes. Contigo y con tus descendientes, de generación en
generación, establezco una alianza perpetua para ser el Dios tuyo y de tus
descendientes. A ti y a tus descendientes les daré en posesión perpetua toda la
tierra de Canaán, en la que ahora vives como extranjero; y yo seré el Dios de
ustedes".
Después le dijo Dios a Abraham: "Cumple, pues, mi
alianza, tú y tu posteridad, de generación en generación".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 104
R/. El Señor nunca olvida sus promesas.
Recurran al Señor y a su poder, búsquenlo sin
descanso. Recuerden los prodigios que Él ha hecho, sus portentos y oráculos.
R/.
Descendientes de Abraham, su servidor, estirpe de
Jacob, su predilecto, escuchen: el Señor es nuestro Dios y gobiernan la tierra
sus decretos. R/.
Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el
Señor de sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a
Isaac, que un día le hiciera. R/.
ACLAMACIÓN (Cfr. Sal 94, 8)
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No
endurezcan su corazón". R/.
Su padre Abraham se regocijaba con el pensamiento de
verme.
Del santo Evangelio según san Juan: 8, 51-59
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Yo les
aseguro: el que es fiel a mis palabras no morirá para siempre".
Los judíos le dijeron: "Ahora ya no nos cabe duda
de que estás endemoniado. Porque Abraham murió y los profetas también murieron,
y tú dices: 'El que es fiel a mis palabras no morirá para siempre'. ¿Acaso eres
tú más que nuestro padre Abraham, el cual murió? Los profetas también murieron.
¿Quién pretendes ser tú?".
Contestó Jesús: "Si yo me glorificara a mí mismo,
mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, aquel de quien
ustedes dicen: 'Es nuestro Dios', aunque no lo conocen. Yo, en cambio, sí lo
conozco; y si dijera que no lo conozco, sería tan mentiroso como ustedes. Pero yo
lo conozco y soy fiel a su palabra. Abraham, el padre de ustedes, se regocijaba
con el pensamiento de verme; me vio y se alegró por ello". Los judíos le
replicaron: "No tienes ni cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?".
Les respondió Jesús: "Yo les aseguro que desde antes que naciera Abraham,
Yo Soy".
Entonces recogieron piedras para arrojárselas, pero
Jesús se ocultó y salió del templo.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, con agrado el sacrificio que vamos a
ofrecerte y concédenos por él la conversión de nuestra vida y la salvación del
mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de la Pasión del Señor
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Rm 8, 32)
Dios no escatimó la vida de su propio Hijo, sino que
lo entregó por todos nosotros y con Él nos ha dado todos los bienes.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por medio de este sacramento que ya desde ahora nos
comunica tu fuerza, concédenos, Padre misericordioso, participar de la vida
eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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MIÉRCOLES, 20 DE MARZO DE 2013
La verdad los hará libres.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 17, 48-49)
Tú me libras, Señor, de la ira de mis enemigos, me
haces triunfar sobre mis adversarios y me salvas del hombre malvado.
ORACIÓN COLECTA
Ilumina, Señor, el corazón de tus hijos, purificado
por las penitencias cuaresmales y concédenos manifestar en nuestra vida el
deseo de servirte que nos has inspirado. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Dios mandó a su ángel para liberar a sus siervos.
Del libro del profeta Daniel: 3, 14-20. 49-50. 91-92.
95
En aquellos días dijo el rey Nabucodonosor: "¿Es
cierto, Sedrak, Mesak y Abednegó, que no quieren servir a mis dioses, ni adorar
la estatua de oro que he mandado levantar? Pues bien, si no es cierto, estén
dispuestos para que, al oír sonar el cuerno, la flauta, la cítara, el salterio,
la chirimía y toda clase de instrumentos, se postren y adoren la estatua que he
mandado hacer. Pero si no la adoran, serán arrojados inmediatamente a un horno
encendido. ¿Y qué dios podrá librarlos entonces de mis manos?".
Pero Sedrak, Mesak y Abednegó contestaron al rey
Nabucodonosor: "No es necesario responder a tu pregunta, pues el Dios a
quien servimos puede librarnos del horno encendido y nos librará de tus manos;
y aunque no lo hiciera, sábete que de ningún modo serviremos a tus dioses, ni
adoraremos la estatua de oro, que has mandado levantar".
Entonces Nabucodonosor se enfureció y la expresión de
su rostro cambió para Sedrak, Mesak y Abednegó. Mandó encender el horno y
aumentar la fuerza del fuego siete veces más de lo acostumbrado. Después ordenó
que algunos de los hombres más fuertes de su ejército ataran a Sedrak, Mesak y
Abednegó y los arrojaran al horno encendido. Pero el ángel del Señor bajó del
cielo, se puso junto a ellos, apartó las llamas y produjo en el horno un
frescor como de brisa y de rocío, y el fuego no los atormentó, ni los hirió, ni
siquiera los tocó. El rey Nabucodonosor, estupefacto, se levantó
precipitadamente y dijo a sus consejeros: "¿Acaso no estaban atados los
tres hombres que arrojamos al horno?". Ellos contestaron: "Sí,
señor". El rey replicó: "¿Por qué, entonces, estoy viendo cuatro
hombres sueltos, que se pasean entre las llamas, sin quemarse? Y el cuarto,
parece un ángel".
Nabucodonosor los hizo salir del horno y exclamó:
"Bendito sea el Dios de Sedrak, Mesak y Abednegó, que ha enviado a su
ángel para librar a sus siervos, que confiando en él, desobedecieron la orden
del rey y expusieron su vida, antes que servir y adorar a un dios
extraño".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Daniel 3
R/.
Bendito seas para siempre, Señor.
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres. Bendito
sea tu nombre santo y glorioso. R/.
Bendito seas en tu templo santo y glorioso. Bendito
seas en el trono de tu reino. R/.
Bendito eres tú, Señor, que penetras con tu mirada los
abismos y te sientas en un trono rodeado de querubines. Bendito seas, Señor, en
la bóveda del cielo. R/.
ACLAMACIÓN (Cfr. Lc 8, 15)
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un
corazón bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto. R/.
Si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres.
Del santo Evangelio según san Juan: 8, 31-42
En aquel tiempo, Jesús dijo a los que habían creído en
Él: "Si se mantienen fieles a mi palabra, serán verdaderamente discípulos
míos, conocerán la verdad y la verdad los hará libres". Ellos replicaron:
"Somos hijos de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices
tú: 'Serán libres'?".
Jesús les contestó: "Yo les aseguro que todo el
que peca es un esclavo del pecado y el esclavo no se queda en la casa para
siempre; el hijo sí se queda para siempre. Si el Hijo les da la libertad, serán
realmente libres. Ya sé que son hijos de Abraham; sin embargo, tratan de
matarme, porque no aceptan mis palabras. Yo hablo de lo que he visto en casa de
mi Padre: ustedes hacen lo que han oído en casa de su padre".
Ellos le respondieron: "Nuestro padre es Abraham".
Jesús les dijo: "Si fueran hijos de Abraham, harían las obras de Abraham.
Pero tratan de matarme a mí, porque les he dicho la verdad que oí de Dios. Eso
no lo hizo Abraham. Ustedes hacen las obras de su padre". Le respondieron:
"Nosotros no somos hijos de prostitución. No tenemos más padre que a
Dios".
Jesús les dijo entonces: "Si Dios fuera su Padre
me amarían a mí, porque yo salí de Dios y vengo de Dios; no he venido por mi
cuenta, sino enviado por Él".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estos dones que tú has querido que te
ofrezcamos para alabanza tuya y salvación nuestra. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Prefacio I de la Pasión del Señor
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Col 1, 13-14)
Dios nos ha hecho entrar al Reino de su Hijo amado,
por cuya sangre recibimos la redención y el perdón de los pecados.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor, que este sacramento que hemos
recibido, nos purifique de todos nuestros vicios y nos confirme para siempre en
tu amistad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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MARTES, 19 DE MARZO DE 2013
¿No sabían que debo ocuparme en las cosas de mi
Padre?".
ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Lc 12, 42)
Celebremos con alegría la fiesta de san José, el
siervo prudente y fiel, a quien el Señor puso al frente de su familia.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, que quisiste poner bajo la
protección de san José el nacimiento y la infancia de nuestro Redentor,
concédele a tu Iglesia proseguir y llevar a término, bajo su patrocinio, la
obra de la redención humana. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
El Señor Dios le dará el trono de David, su padre.
Del segundo libro de Samuel: 7, 4-5. 12-14. 16
En aquellos días, el Señor le habló al profeta Natán y
le dijo: "Ve y dile a mi siervo David que el Señor le manda decir esto:
'Cuando tus días se hayan cumplido y descanses para siempre con tus padres, engrandeceré
a tu hijo, sangre de tu sangre, y consolidaré su reino. Él me construirá una
casa y yo consolidaré su trono para siempre. Yo seré para él un padre y él será
para mí un hijo. Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí, y tu
trono será estable eternamente' ".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 88
R/. Su
descendencia perdurará eternamente.
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor y daré
a conocer que su fidelidad es eterna, pues el Señor ha dicho: "Mi amor es
para siempre y mi lealtad, más firme que los cielos. R/.
Un juramento hice a David, mi servidor, una alianza
pacté con mi elegido: 'Consolidaré tu dinastía para siempre y afianzaré tu
trono eternamente'. R/.
Él me podrá decir: 'Tú eres mi padre, el Dios que me
protege y que me salva'. Yo jamás le retiraré mi amor ni violaré el juramento
que le hice". R/.
Esperando contra toda esperanza, Abraham creyó.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 4,
13. l6-18. 22
Hermanos: La promesa que Dios hizo a Abraham y a sus
descendientes, de que ellos heredarían el mundo, no dependía de la observancia
de la ley, sino de la justificación obtenida mediante la fe.
En esta forma, por medio de la fe, que es gratuita,
queda asegurada la promesa para todos sus descendientes, no sólo para aquellos
que cumplen la ley, sino también para todos los que tienen la fe de Abraham.
Entonces, él es padre de todos nosotros, como dice la Escritura: Te he
constituido padre de todos los pueblos.
Así pues, Abraham es nuestro padre delante de aquel
Dios en quien creyó y que da la vida a los muertos y llama a la existencia a
las cosas que todavía no existen. Él, esperando contra toda esperanza, creyó
que habría de ser padre de muchos pueblos, conforme a lo que Dios le había
prometido: Así de numerosa será tu descendencia. Por eso, Dios le acreditó esta
fe como justicia.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN (Salmo 83, 5)
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que viven en tu casa; siempre, Señor, te
alabarán. R/.
Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de
angustia.
Del santo Evangelio según san Lucas: 2, 41-51
Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén
para las festividades de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, fueron a
la fiesta, según la costumbre. Pasados aquellos días, se volvieron, pero el
niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que sus padres lo supieran. Creyendo que
iba en la caravana, hicieron un día de camino; entonces lo buscaron, y al no
encontrarlo, regresaron a Jerusalén en su busca. Al tercer día lo encontraron
en el templo, sentado en medio de los doctores, escuchándolos y haciéndoles
preguntas. Todos los que lo oían se admiraban de su inteligencia y de sus
respuestas. Al verlo, sus padres se quedaron atónitos y su madre le dijo:
"Hijo mío, ¿por qué te has portado así con nosotros? Tu padre y yo te
hemos estado buscando llenos de angustia". Él les respondió: "¿Por
qué me andaban buscando? ¿No sabían que debo ocuparme en las cosas de mi
Padre?". Ellos no entendieron la respuesta que les dio. Entonces volvió
con ellos a Nazaret y siguió sujeto a su autoridad.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, celebrar esta Eucaristía con el
mismo amor y pureza de corazón con que se entregó san José a servir a tu Hijo
unigénito, nacido de la Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y
fuente de salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la
solemnidad de san José, el hombre justo que diste por esposo a la Virgen Madre
de Dios, el fiel y prudente servidor a quien constituiste jefe de tu familia
para que, haciendo las veces de padre, cuidara a tu Hijo unigénito, concebido
por obra del Espíritu Santo, Jesucristo, Señor nuestro.
Por él, los ángeles y los arcángeles, y todos los coros
celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos
a sus voces cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 25, 21)
Alégrate, siervo bueno y fiel. Entra a compartir el
gozo de tu Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, protege sin cesar a esta familia tuya que se
alegra hoy al celebrar la festividad de san José, y conserva en ella la vida de
la gracia que le has comunicado por medio de la Eucaristía. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
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LUNES, 18 DE MARZO DE 2013
Si me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 55, 2)
Ten compasión de mí, Señor, porque me pisotean acosan
todo el día mis enemigos.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que con el don de tu amor nos colmas de
bendiciones, transfórmanos en una nueva creatura, para que estemos preparados a
la Pascua gloriosa de tu Reino. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
La inocencia de Susana.
Del libro del profeta Daniel: 13, 1-9. 15-17. 19-30.
33-62
En aquel tiempo vivía en Babilonia un hombre llamado
Joaquín, casado con Susana, hija de Quelcías, mujer muy bella y temerosa de
Dios. Sus padres eran virtuosos y habían educado a su hija según la ley de
Moisés. Joaquín era muy rico y tenía una huerta contigua a su casa, donde
solían reunirse los judíos, porque era estimado por todos. Aquel año habían
sido designados jueces dos ancianos del pueblo; eran de aquellos de quienes
había dicho el Señor: "En Babilonia, la iniquidad salió de ancianos
elegidos como jueces, que pasaban por guías del pueblo". Éstos
frecuentaban la casa de Joaquín y los que tenían litigios que resolver acudían
ahí a ellos. Hacia el mediodía, cuando toda la gente se había retirado ya,
Susana entraba a pasear en la huerta de su marido. Los dos viejos la veían
entrar y pasearse diariamente, y se encendieron de pasión por ella,
pervirtieron su corazón y cerraron sus ojos para no ver al cielo ni acordarse
de lo que es justo.
Un día, mientras acechaban el momento oportuno, salió
ella, como de ordinario, con dos muchachas de su servicio, y como hacía calor,
quiso bañarse en la huerta. No había nadie allí, fuera de los viejos, que la
espiaban escondidos. Susana dijo a las doncellas: "Tráiganme jabón y
perfumes, y cierren las puertas de la huerta mientras me baño". Apenas
salieron las muchachas, se levantaron los dos viejos, corrieron hacia donde
estaba Susana y le y dijeron: "Mira: las puertas de la huerta están
cerradas y nadie nos ve. Nosotros ardemos en deseos de ti. Consiente y
entrégate a nosotros. Si no, te vamos a acusar de que un joven estaba contigo y
que por eso despachaste a las doncellas". Susana lanzó un gemido y dijo:
"No tengo ninguna salida; si me entrego a ustedes, será la muerte para mí;
si resisto, no escaparé de sus manos. Pero es mejor para mí ser víctima de sus
calumnias, que pecar contra el Señor". Y dicho esto, Susana comenzó a
gritar. Los dos viejos se pusieron a gritar también y uno de ellos corrió a
abrir la puerta del jardín. Al oír los gritos en el jardín, los criados se
precipitaron por la puerta lateral para ver qué sucedía. Cuando oyeron el
relato de los viejos, quedaron consternados, porque jamás se había dicho de
Susana cosa semejante.
Al día siguiente, todo el pueblo se reunió en la casa
de Joaquín, esposo de Susana, y también fueron los dos viejos, llenos de
malvadas intenciones contra ella, para hacer que la condenaran a morir. En
presencia del pueblo dijeron: "Vayan a buscar a Susana, hija de Quelcías y
mujer de Joaquín". Fueron por Susana, quien acudió con sus padres, sus
hijos y todos sus parientes. Todos los suyos y cuantos la conocían, estaban
llorando.
Se levantaron entonces los dos viejos en medio de la
asamblea y pusieron sus manos sobre la cabeza de Susana. Ella, llorando,
levantó los ojos al cielo, porque su corazón confiaba en el Señor. Los viejos
dijeron: "Mientras nosotros nos paseábamos solos por la huerta, entró ésta
con dos criadas, luego les dijo que salieran y cerró la puerta. Entonces se
acercó un joven que estaba escondido y se acostó con ella. Nosotros estábamos
en un extremo de la huerta, y al ver aquella infamia, corrimos hacia ellos y
los sorprendimos abrazados. Pero no pudimos sujetar al joven, porque era más
fuerte que nosotros; abrió la puerta y se nos escapó. Entonces detuvimos a ésta
y le preguntamos quién era el joven, pero se negó a decirlo. Nosotros somos
testigos de todo esto". La asamblea creyó a los ancianos, que habían
calumniado a Susana, y la condenaron a muerte.
Entonces Susana, dando fuertes voces, exclamó:
"Dios eterno, que conoces los secretos y lo sabes todo antes de que
suceda, tú sabes que éstos me han levantado un falso testimonio. Y voy a morir
sin haber hecho nada de lo que su maldad ha tramado contra mí". El Señor
escuchó su voz. Cuando llevaban a Susana al sitio de la ejecución, el Señor
hizo sentir a un muchacho, llamado Daniel, el santo impulso de ponerse a
gritar: "Yo no soy responsable de la sangre de esta mujer".
Todo el pueblo se volvió a mirarlo y le preguntaron:
"¿Qué es lo que estás diciendo?". Entonces Daniel, de pie en medio de
ellos, les respondió: "Israelitas, ¿cómo pueden ser tan ciegos? Han
condenado a muerte a una hija de Israel, sin haber investigado y puesto en
claro la verdad. Vuelvan al tribunal, porque ésos le han levantado un falso testimonio".
Todo el pueblo regresó de prisa y los ancianos dijeron
a Daniel: "Ven a sentarte en medio de nosotros y dinos lo que piensas,
puesto que Dios mismo te ha dado la madurez de un anciano". Daniel les
dijo entonces: "Separen a los acusadores, lejos el uno del otro, y yo los
voy a interrogar".
Una vez separados, Daniel mandó llamar a uno de ellos
y le dijo: "Viejo en años y en crímenes, ahora van a quedar al descubierto
tus pecados anteriores, cuando injustamente condenabas a los inocentes y
absolvías a los culpables, contra el mandamiento del Señor: No matarás al que
es justo e inocente. Ahora bien, si es cierto que los viste, dime debajo de qué
árbol estaban juntos". El respondió: "Debajo de una acacia".
Daniel le dijo: "Muy bien. Tu mentira te va a costar la vida, pues ya el
ángel ha recibido de Dios tu sentencia y te va a partir por la mitad".
Daniel les dijo que se lo llevaran, mandó traer al otro y le dijo: "Raza
de Canaán y no de Judá, la belleza te sedujo y la pasión te pervirtió el corazón.
Lo mismo hacían ustedes con las mujeres de Israel, y ellas, por miedo, se
entregaban a ustedes. Pero una mujer de Judá no ha podido soportar la maldad de
ustedes. Ahora dime, ¿bajo qué árbol los sorprendiste abrazados?". Él
contestó: "Debajo de una encina". Replicó Daniel: "También a ti
tu mentira te costará la vida. El ángel del Señor aguarda ya con la espada en
la mano, para partirte por la mitad. Así acabará con ustedes".
Entonces toda la asamblea levantó la voz y bendijo a
Dios, que salva a los que esperan en Él. Se alzaron contra los dos viejos, a
quienes, con palabras de ellos mismos, Daniel había convencido de falso
testimonio, y les aplicaron la pena que ellos mismos habían maquinado contra su
prójimo. Para cumplir con la ley de Moisés, los mataron, y aquel día se salvó
una vida inocente.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salino 22
R/ Nada temo, Señor, porque tú estás conmigo.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes
praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis
fuerzas. R/.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el
sendero recto; así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú
estás conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R/.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis
adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes.
R/
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los
días de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término. R/.
ACLAMACIÓN (Jn 8, 12)
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me
sigue tendrá la luz de la vida. R/.
Yo soy la luz del mundo.
Del santo
Evangelio según san Juan: 8, 12-20
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: "Yo
soy la luz del mundo; el que me sigue no caminará en la oscuridad y tendrá la
luz de la vida".
Los fariseos le dijeron a Jesús: "Tú das
testimonio de ti mismo; tu testimonio no es válido". Jesús les respondió:
"Aunque yo mismo dé testimonio en mi favor, mi testimonio es válido,
porque sé de dónde vengo y a dónde voy; en cambio, ustedes no saben de dónde
vengo ni a dónde voy. Ustedes juzgan por las apariencias. Yo no juzgo a nadie;
pero si alguna vez juzgo, mi juicio es válido, porque yo no estoy solo: el
Padre, que me ha enviado, está conmigo. Y en la ley de ustedes está escrito que
el testimonio de dos personas es válido. Yo doy testimonio de mí mismo y
también el Padre, que me ha enviado, da testimonio sobre mí".
Entonces le preguntaron: "¿Dónde está tu
Padre?". Jesús les contestó: "Ustedes no me conocen a mí ni a mi
Padre; si me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre". Estas
palabras las pronunció junto al cepo de las limosnas, cuando enseñaba en el
templo. Y nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concede, Señor, a tus hijos, reunidos para celebrar
esta Eucaristía, ofrecerte como fruto de su penitencia, una conciencia limpia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de la Pasión del Señor
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 8, 12)
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me
sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la fuerza de tus sacramentos nos libre, Señor, de
nuestras malas inclinaciones y nos ayude a seguir a Cristo, para acercarnos
cada vez más a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Publicado por Francisco
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DOMINGO, 17 DE MARZO DE 2013
"Tampoco yo te condeno. Vete y ya no vuelvas a
pecar".
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 42, 1-2)
Señor, hazme justicia. Defiende mi causa contra gente
sin piedad, sálvame del hombre injusto y malvado, tú que eres mi Dios y mi
defensa.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Ven, Señor, en nuestra ayuda, para que podamos vivir y
actuar siempre con aquel amor que impulsó a tu Hijo a entregarse por nosotros.
Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Yo realizaré algo nuevo y daré de beber a mi pueblo.
Del libro del profeta Isaías: 43, 16-21
Esto dice el Señor, que abrió un camino en el mar y un
sendero en las aguas impetuosas, el que hizo salir a la batalla a un formidable
ejército de carros y caballos, que cayeron y no se levantaron, y se apagaron
como una mecha que se extingue:
"No recuerden lo pasado ni piensen en lo antiguo;
yo voy a realizar algo nuevo. Ya está brotando. ¿No lo notan? Voy a abrir
caminos en el desierto y haré que corran los ríos en la tierra árida. Me darán
gloria las bestias salvajes, los chacales y las avestruces, porque haré correr
agua en el desierto, y ríos en el yermo, para apagar la sed de mi pueblo
escogido. Entonces el pueblo que me he formado proclamará mis alabanzas".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 125
R/. Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.
Cuando el Señor nos hizo volver del cautiverio,
creíamos soñar; entonces no cesaba de reír nuestra boca, ni se cansaba entonces
la lengua de cantar. R/.
Aun los mismos paganos con asombro decían:
"¡Grandes cosas ha hecho por ellos el Señor!". Y estábamos alegres,
pues ha hecho grandes cosas por su pueblo el Señor. R/.
Como cambian los ríos la suerte del desierto, cambia
también ahora nuestra suerte, Señor, y entre gritos de júbilo cosecharán
aquellos que siembran con dolor. R/.
Al ir, iban llorando, cargando la semilla; al
regresar, cantando vendrán con sus gavillas. R/.
Todo lo considero como basura, con tal de asemejarme a
Cristo en su muerte.
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 3,
7-14
Hermanos: Todo lo que era valioso para mí, lo
consideré sin valor a causa de Cristo. Más aún pienso que nada vale la pena en
comparación con el bien supremo, que consiste en conocer a Cristo Jesús, mi
Señor, por cuyo amor he renunciado a todo, y todo lo considero corno basura,
con tal de ganar a Cristo y de estar unido a Él, no porque haya obtenido la
justificación que proviene de la ley, sino la que procede de la fe en Cristo
Jesús, con la que Dios hace justos a los que creen.
Y todo esto, para conocer a Cristo, experimentar la
fuerza de su resurrección, compartir sus sufrimientos y asemejarme a Él en su
muerte, con la esperanza de resucitar con Él de entre los muertos.
No quiero decir que haya logrado ya ese ideal o que
sea ya perfecto, pero me esfuerzo en conquistarlo, porque Cristo Jesús me ha
conquistado. No, hermanos, considero que todavía no lo he logrado. Pero eso sí,
olvido lo que he dejado atrás, y me lanzo hacia adelante, en busca de la meta y
del trofeo al que Dios, por medio de Cristo Jesús, nos llama desde el
cielo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN (JI 2, 12-13)
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Todavía es tiempo, dice el Señor, conviértanse a mí de
todo corazón, porque soy compasivo y misericordioso. R/.
Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la
primera piedra
Del santo Evangelio según san Juan: 8, 1-11
En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los
Olivos y al amanecer se presentó de nuevo en el templo, donde la multitud se le
acercaba; y Él, sentado entre ellos, les enseñaba.
Entonces los escribas y fariseos le llevaron a una
mujer sorprendida en adulterio, y poniéndola frente a Él, le dijeron:
"Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés
nos manda en la ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú que dices?".
Le preguntaban esto para ponerle una trampa y poder
acusarlo. Pero Jesús se agachó y se puso a escribir en el suelo con el dedo.
Como insistían en su pregunta, se incorporó y les dijo: "Aquel de ustedes
que no tenga pecado, que le tire la primera piedra". Se volvió a agachar y
siguió escribiendo en el suelo.
Al oír aquellas palabras, los acusadores comenzaron a
escabullirse uno tras otro, empezando por los más viejos, hasta que dejaron
solos a Jesús y a la mujer, que estaba de pie, junto a Él.
Entonces Jesús se enderezó y le preguntó: "Mujer,
¿dónde están los que te acusaban? ¿Nadie te ha condenado?". Ella le
contestó: "Nadie, Señor". Y Jesús le dijo: "Tampoco yo te
condeno. Vete y ya no vuelvas a pecar".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
En este tiempo de conversión y de renovación de
nuestra fe y nuestra esperanza, oremos a Dios. Después de cada petición diremos
(cantando):
Señor, ten piedad (o bien: Kýrie, eléison).
Por todos los cristianos. Para que vivamos con
intensidad este tiempo de conversión, para poder compartir con Jesús su muerte
y su resurrección. Oremos.
Por las vocaciones sacerdotales. Para que no falten
jóvenes que se sientan llamados y estén dispuestos a seguir al Señor en este
camino de servicio. Oremos.
Por nuestras comunidades cristianas. Para que de ellas
surjan jóvenes dispuestos a seguir a Jesús en el ministerio sacerdotal. Oremos.
Por el próximo inicio de la Primavera. Para que
sepamos reconocer nuestros pecados contra el medio ambiente y nos esforcemos
por corregirlos. Oremos.
Por nosotros. Para que la celebración del Misterio
Pascual del Señor nos ayude a salir renovados y fortalecidos en nuestra vida y
en nuestra fe. Oremos.
Escucha, Señor, nuestras oraciones, y derrama sobre el
mundo entero tu amor y tu perdón. Tú que vives y reinas...
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Tú, que nos has iluminado con las enseñanzas de la fe,
escucha, Señor, nuestra oración y purifícanos por medio de este sacrificio. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I o II de Cuaresma.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 8, 10-11)
Jesús le preguntó: Mujer, ¿nadie te ha condenado? Ella
respondió: Nadie, Señor. Él le dijo: Yo tampoco te condeno. Vete y ya no
vuelvas a pecar.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso, a cuantos participamos
del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, vivir siempre como miembros suyos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
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